miércoles, 28 de octubre de 2015

♦♦ La magia de ser mujer después de los 40


Se necesita mucho valor para amar a las mujeres marcadas por el pasado, aquellas de carácter fuerte pero de corazón bueno. Se necesita mucho amor para curar las heridas y las desilusiones.
Pero, sobre todo, se necesita ser inteligente, porque son tan maduras y tan experimentadas que ya no creen en lo que sienten, sino en lo que estés dispuesto a hacer por ellas.

Ya no tenemos la figura de los 20 años, pues las piedras del camino han moldeado nuestro cuerpo. Nuestra mirada es cómplice, pues se ha formado durante años, permitiéndonos manejar el arte de amar a nuestros hijos, a nuestra pareja, a nuestros familiares y a nuestros amigos.

Acumulamos de manera perfecta la experiencia y la juventud, lo que nos hace dominar el arte y el manejo de nuestra esencia, sumando vida a los años que hemos disfrutado y que nos quedan por disfrutar.

Porque una mujer de más de 40 deja huella por dónde camina, haciéndose dueña de sus pasos. Siente que pisa fuerte, transmite seguridad en sí misma y ha logrado una estabilidad y un equilibrio emocional y personal que hipnotiza.


Más de 40 soplos de aire fresco…

¿QUE CUÁNTOS AÑOS TENGO?

Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma, pero con el interés de seguir creciendo.

Tengo los años en que los sueños se empiezan a acariciar con los dedos y las ilusiones se convierten en esperanza.


Tengo los años en que el amor, a veces es una loca llamarada, ansiosa de consumirse en el fuego de una pasión deseada. Y otras un remanso de paz, como el atardecer en la playa.


¿Qué cuántos años tengo? No necesito con un número marcar, pues mis anhelos alcanzados, las lágrimas que por el camino derramé al ver mis ilusiones rotas…
Valen mucho más que eso.

¡Qué importa si cumplo veinte, cuarenta, o sesenta!
Lo que importa es la edad que siento.

Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos. 
Para seguir sin temor por el sendero, pues llevo conmigo la experiencia adquirida y la fuerza de mis anhelos.

¿Qué cuantos años tengo? ¡Eso a quién le importa!

Tengo los años necesarios para perder el miedo y hacer lo que quiero y siento.

José Saramago

Los 40 y los 50 son un momento peculiar, en el que te encuentras entre dos generaciones que ponen en evidencia lo efímero de la vida, por eso nos damos cuenta de que hay que aprovecharla y conciliar nuestros mundos. Dejas de preocuparte por lo que pasó y por el que pasará para comenzar a disfrutar de lo que está pasando.

A partir de los 40 por fin entendemos  que cada persona que te encuentras tiene un papel. Algunas personas te ponen a prueba, otra te utilizan, no falta quien te ama y te enseña, pero las personas realmente importantes son las que sacan lo mejor de ti. Son y serán personas pocos comunes y extraordinarias las que te recuerdan que todo ha merecido la pena.

♦♦ Cómo funciona la autoestima

Podemos preguntarnos cómo puede ser que la autoestima, ese conjunto de opiniones que sostenemos acerca de quiénes somos, influya de manera tan decisiva sobre todos los aspectos de nuestra vida.


¿Cómo es posible que un solo factor, la imagen que tenemos de nosotros mismos, tenga tantos efectos… y todos muy importantes?

El modo en que nos sentimos con respecto a nosotros mismos afecta en forma decisiva todos los aspectos de nuestra experiencia, desde la manera en que funcionamos en el trabajo, en el amor o el sexo, hasta nuestro proceder como padres y las posibilidades que tenemos de progresar en la vida. Nuestras respuestas ante los acontecimientos dependen de quiénes pensamos que somos. Los dramas de nuestra vida son los reflejos de la visión íntima que tenemos de nosotros mismos. Por lo tanto, la autoestima es la clave del éxito o del fracaso.

Nathaniel Branden

Nuestra auto imagen, ese retrato que todos hacemos de nosotros mismos, podría ser una simple e inocente descripción de nuestras cualidades y defectos, sin mayores consecuencias. Podría representarnos con mayor o menor precisión, pero de antemano no parece necesariamente lógico que tenga tanta influencia sobre nosotros, que determine por sí solo si podremos tener una vida feliz… o no tanto.

A continuación un vídeo que tal vez nos revele de una manera inesperada cómo es que tener una alto nivel de autoestima literalmente puede cambiarnos la vida.


“Estás Dulce” publicidad del banco Francés

Sí, sí… ya sé… es cierto, este comercial en realidad no se refiere a la autoestima. Se trata simplemente de una manera bastante rara de promocionar los servicios de un banco. Pero todos entendemos la idea que presenta: cuando alguien se siente completamente satisfecho, entonces se lo ve sereno, tolerante y feliz… pase lo que pase a su alrededor.

El comercial puede ser criticado con diferentes argumentos, como sucede siempre con las publicidades. Entre otras cosas es muy, pero muy exagerado. Sólo quiero rescatar esa lógica que propone y que todos entendemos: cuando nos sentimos completamente satisfechos, automáticamente nos convertirnos en una mejor versión de nosotros mismos.


La insatisfacción, dice Jodorowsky, nos hace actuar como diablos.

Estar insatisfechos con ser quienes somos, conduce inevitablemente a la auto-crítica y a la falta de amor por nosotros mismos.

Esta insatisfacción es la raíz de casi todos los conflictos en los que nos vemos envueltos y de casi todas las discusiones en las que participamos. En esos casos demandamos de los demás la comprensión y la aceptación que nosotros mismos nos negamos.

Por eso me gusta este comercial. Una persona satisfecha consigo misma se parecería un poco a esta mamá. No porque deje de ponerle límites razonables a su hija o porque le sea indiferente que suceda una pequeña catástrofe en su cocina. No, eso sería una tontería. Me refiero a que una persona que se siente realmente a gusto consigo misma y que está plenamente feliz de ser tal como es, tendrá también una actitud de serena comprensión hacia los demás, de natural confianza en sí misma, de auténtica felicidad.

Cómo detectar problemas de autoestima

La insatisfacción con nosotros mismos nos produce un malestar tan básico, que genera problemas en todas las áreas de nuestras vidas. Y cuando termina convirtiéndose en una insatisfacción crónica, nos genera problemas crónicos.
Sin embargo, no siempre podemos ver claramente los problemas de autoestima en nosotros mismos, porque en gran medida se trata de procesos inconscientes.
Es una buena idea, entonces, estar alertas a ciertas pistas, observar atentamente pequeños detalles, como si los miráramos con una lupa…


Una de estas pistas es la dificultad para aceptar cumplidos.

Si cada vez que alguien destaca algo positivo de nosotros, nos sentimos incómodos y lo primero que se nos ocurre es hacer un comentario que de alguna manera nos resta mérito, entonces estamos frente a una pista que revela que no nos sentimos muy orgullosos de nosotros mismos.

Este problema es asombrosamente común.

Las personas a las que les cuesta aceptar los cumplidos, muestran esta dificultad siempre, aun en los casos en los que el elogio sea realmente merecido. Entonces no hay que confundir este rasgo con auténtica modestia o con humildad.

Son simplemente pistas, de esas que estamos buscando. Son pequeños síntomas “inofensivos” que revelan la existencia de problemas de autoestima más serios, más profundos.

 Nota de: Axel Piskulic