jueves, 20 de noviembre de 2014

♦♦ Estos medicamentos están destruyendo sus reservas de vitaminas y nutrientes

Hemos aprendido a desconfiar de los efectos indeseables de los medicamentos, pero no nos hemos parado a pensar en la pérdida de nutrientes esenciales que conlleva su ingesta.

Muchos medicamentos son moléculas nuevas que no habían existido antes en la tierra hasta que un laboratorio farmacéutico se puso a desarrollarlos. Una vez que el cuerpo los absorbe, debe metabolizarlos (transformarlos para asimilarlos). Luego, como todo nutriente, debe evacuar los residuos, lo que implica la acción de diversas enzimas y reacciones químicas que a su vez recurren a las vitaminas y minerales.

Algunos medicamentos implican un gran consumo de vitaminas y nutrientes. Por eso, no sorprende que tomar un medicamento, sobre todo de manera regular, provoque déficits en nuestro organismo, además de otras carencias.

Incluso cuando el medicamento es una réplica de una molécula presente de modo natural en el cuerpo o en la naturaleza, tomarlo puede aumentar las necesidades del cuerpo de determinadas moléculas.

La píldora anticonceptiva y los antibióticos reducen las reservas de magnesio


Por ejemplo, cuando una mujer toma estrógenos, su cuerpo irá sufriendo pérdidas de magnesio y vitaminas del grupo B, independientemente del formato (píldora anticonceptiva, tratamiento hormonal de sustitución, estrógenos sintéticos o bioidénticos). También hay muchos antibióticos que reducen las reservas de magnesio.

No hay que olvidar que el magnesio es un mineral muy importante, pues está implicado en más de 300 reacciones químicas en el organismo. Además, es un cofactor del adenosín trifosfato (ATP), que suministra energía a las células. Las vitaminas del grupo B también lo son; la vitamina B6 interviene en unas 130 reacciones y, si mostramos carencias, puede provocar ansiedad, disminuir la libido, así como reducir los niveles de serotononina y melatonina.

Para compensar, nos vemos obligados a tomar todas las vitaminas del grupo B, ya que funcionan en conjunto. Por ejemplo, nuestro organismo no puede usar la vitamina B6 si falta vitamina B2 y no puede utilizar la vitamina B3 si falta la B6.
Las estatinas destruyen las reservas de CoQ10
Las estatinas son unos medicamentos que reducen los niveles de colesterol en sangre cuyo uso está muy extendido. Reducen las reservas de coenzima Q10 (CoQ10), lo que provoca dolores musculares y fatiga.

El CoQ10 es indispensable para producir ATP a partir de la glucosa en las mitocondrias, esa especie de pequeñas “centrales eléctricas” que fabrican la energía en las células. Para aportar buen “carburante” al organismo, no sólo se necesita una buena alimentación, sino también CoQ10 si nuestras reservas se ven atacadas por los medicamentos.

El caso de la cortisona y la aspirina


Los derivados de la cortisona, como la prednisona y la triamcinolona, usados para tratar numerosas enfermedades alérgicas, inmunológicas, inflamatorias o cancerosas, hacen que disminuyan las reservas de calcio, magnesio, ácido fólico (vitamina B9), potasio, selenio, vitamina C y vitamina D.

Sin embargo, es muy raro que los médicos avisen de esto a sus pacientes que toman esta medicación y les receten nutrientes en forma de complemento alimenticio.

Incluso un medicamento tan extendido como la aspirina disminuye las reservas de ácido fólico, hierro, potasio, sodio y vitamina C. En cuanto al paracetamol, disminuye el nivel de glutatión, un importante antioxidante que protege las células contra los
ataques de los radicales libres.

Datos que no debe olvidar


Existe una cantidad exageradamente grande de medicamentos con receta que destruyen los nutrientes esenciales. Las consecuencias pueden repercutir en su nivel de energía, humor, libido y en el sistema inmunitario… en resumen: ¡en toda su vida!

Por eso, cada vez que su médico le recete un medicamento, no dude en preguntarle e informarse por su cuenta si es necesario sobre las carencias de nutrientes o vitaminas que puede ocasionarle.

Quizás no le sea útil comprársela sólo para usted, pero debe saber que existe una enciclopedia entera dedicada a este tema que se llama Drug-Induced Nutrient Depletion Handbook, de Pelton y LaValle. Tiene ya unos años (es de 2001), pero es algo que todos los médicos deberían tener en su consulta.