lunes, 31 de marzo de 2014

Abre los Ojos y Date Cuenta


Abre los ojos y date cuenta, que tengas cuerpo de hombre o de mujer…tu naturaleza humana es la misma y está constituida tanto de energía masculina, como de energía femenina.

Que tu misión divina en la tierra es desarrollarlas, equilibrarlas e integrarlas, para convertirte en un ser completo, luminoso y maravilloso y que esa es la razón por la cual la vida te está llevando a vivir todas las experiencias que necesitas para lograrlo.

Por eso es muy importante que entiendas y comprendas, que tu energía masculina se manifiesta a través de “la mente, el pensamiento y la razón”, que es la que da, provee, cuida defiende y protege... y que sus caracteriscas principales son el valor, la fuerza y la inteligencia. Y que tu energía femenina se manifiesta a través “del corazón, el sentimiento y la intuición”, que da luz, vida y amor incondicional… y que sus características principales son la sensibilidad, la inspiración, la creatividad, la receptividad, la comprensión, la paciencia y la compasión.

Pues de esa forma podrás realizar con una mayor conciencia, el trabajo de identificación, desarrollo e integración de energías dentro de ti, logrando la unidad y el equilibrio de tu hermoso ser de luz y así poder vivir de una forma armoniosa.

Atrévete y haz que suceda.

¿Hoy es un día difícil?


¿Cuántas veces la vida nos presenta una dificultad y lo primero que hacemos es decir una variante de: “¿Por qué? ¿Por qué yo? Yo soy una persona espiritual, ¿no? ¿Entonces cómo es posible que mi negocio fallara? ¿Cómo es posible que mi relación fallara?”.

Muchas veces enfrentamos nuestro día como una serie de tareas que completar: despertarse, ir al trabajo, hacer lo que sea que tenemos que hacer para seguir con nuestra vida. Si completamos estas tareas estamos felices y nos sentimos productivos; si no lo hacemos porque hay un obstáculo en nuestro camino, quedamos sintiéndonos insatisfechos.

Abraham, de la Biblia, se enfrentaba a su día de una manera distinta. Cada vez que se le presentaba una agresión, cada vez que conocía personas que pretendían hacerle daño, cada vez que chocaba con una pared, decía: “Acepto esta situación como es, y en vez de permitir que me victimice, la transformaré en algo positivo”.

Abraham vivió para encontrar la espiritualidad en cada día, en cada prueba, en cada frustración que enfrentaba. No somos Abraham, pero podemos y deberíamos seguir su ejemplo.

domingo, 30 de marzo de 2014

Una cosa es segura en la vida


Una cosa es segura en la vida: que cambia constantemente. Justo cuando todo parece marchar a la perfección podemos enfrentarnos súbitamente a un desvío.

El cambio puede hacernos sentir inseguros, pero la confianza se recupera rápidamente cuando ponemos la situación en manos de Dios. Al recordar que Dios está a cargo estamos aceptando esta verdad: el cambio contiene las semillas de algo que enriquecerá nuestra vida.

El cambio no es algo que debamos temer. Simplemente significa que, por el momento, tomamos un rumbo diferente. Cuando sabemos que Dios nos acompaña en cada circunstancia, miramos el cambio con expectativa.

A medida que aprendemos a aceptar de buen grado el cambio, nos resulta más fácil dejarnos llevar por él.

Sabemos que Dios está a cargo y que todo marcha bien.

Tus sentimientos son afectados por tus pensamientos


¿Sabías que tus sentimientos son afectados por tu manera de pensar?

Si no quieres que el desanimo te arruine, entonces no medites en tus desilusiones.

¿Sabías que tus sentimientos son afectados por tu manera de pensar?

Si piensas que eso no es cierto, entonces  toma 20 minutos o más, y piensa solo en tus problemas. Te aseguro que al final de ese tiempo, tus sentimientos, y quizás tu semblante, habrán cambiado.

Cuando te decepcionas, no te sientes a tener lástima de ti mismo. Aunque las cosas pueden parecer malas, aún tenemos una elección: tener comunión con nuestros problemas o tener comunión con Dios.

Podemos permitir que nuestros pensamientos se detengan  en lo malo hasta que lleguemos a estar totalmente decepcionados y arruinados, o podemos poner nuestra atención en todo lo bueno que nos sucede en la vida, y en todas las bendiciones que Dios todavía tiene almacenadas para nosotros en los días venideros.

Los pensamientos son palabras silenciosas que solo nosotros y el Señor escuchamos,
pero esas palabras afectan nuestro ser interior, nuestra salud, nuestro gozo y nuestra actitud.

Filipenses 4:6-7
No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias.

Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.