miércoles, 24 de septiembre de 2014

♦♦ Redescubrir los productos fermentados

Todas las semiconservas fermentadas contienen bacterias del grupo láctico (Lactococcus, Enterococcus, Leuconostoc, Pediococcus, Streptococcus, Lactobacillus).

Nuestros antepasados comprendieron instintivamente que los productos fermentados se conservaban bien y que su consumo era beneficioso para la salud. El mundo de la microbiología ya puso poco a poco de manifiesto que algunas bacterias desarrolladas espontáneamente en los productos con fermentación láctica poseían características “probióticas”, es decir, beneficiosas para la salud.

El chucrut se viene consumiendo desde la época de los Romanos, y la col fermentada sigue siendo hoy un plato importante de la cocina centroeuropea, desde Alsacia hasta Ucrania. En Polonia, Ucrania y muchos países de Europa del Este se consume borsch, una sopa de verduras cuyo ingrediente principal es el zumo fermentado de remolacha.
En la cocina occidental, las aceitunas, pepinillos, remolacha, nabos, etc. se conservan mediante fermentación láctica. No obstante, la industria agroalimentaria tiende cada vez más a conservar los productos en escabeche o en vinagre, o a esterilizarlos tras la fermentación, lo que destruye las bacterias. La cerveza de hoy en día suele pasteurizarse a pesar de estar fermentada, por lo que contiene muy pocas bacterias y levaduras.

Por el contrario, la leche fermentada es muy rica en bacterias beneficiosas para la salud con características “probióticas” de diferentes propiedades en función de la especie y biotipo bacteriano utilizado.

Es el caso del yogur (fermentado por Streptococcus thermophilus y Lactobacilus bulgaricus), la  leche acidófila (fermentada por Lactobacillus acidophilus), la leche con bifidus (fermentada por Bifidobacterium bifidum, longum, breve o lactis), el kéfir (fermentado por varias especies de Lactococcus, Leuconostoc, Lactobacillus, Sacharomyces, Kluyveromyces, etc.). Todos estos tipos de leche fermentada son importantes para la salud, especialmente si la materia prima procede de cabra, oveja o yegua, teniendo en cuenta que la elaboración no sea industrial y ni con concervantes. En lo que respecta a los yogures clásicos, cada vez más y más personas desarrollan una intolerancia a la leche de vaca, que se manifiesta en inflamaciones como rinitis, sinusitis, artritis, artosis, etc.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS o WHO), la definición de probióticos es: "Microorganismos vivos que, cuando son suministrados en cantidad adecuadas, promueven beneficios en la salud del organismo huésped".

Una muy buena opción se encuentra en el consumo de bebidas probióticas. Como puede se la bebida Soma y el Molkosan:

"BebidaSoma": Contiene mil millones de diferentes cepas de probióticos o microorganismos vivos y saludables. En cuanto se mezcla el polvo en un litro de zumo ecológico y después de dos días de reposo y fermentación, se han multiplicado a 40 mil millones de beneficiosos microorganismos. Ingeridos en cantidades suficientes, tiene un efecto beneficioso en el organismo, permanecen activos en el intestino y ejercen importantes efectos fisiológicos, como contribuir al equilibrio de la microbiota intestinal del huésped y potenciar el sistema inmunitario.

”Molkosan”: Exento de lípidos y proteínas, Molkosan posee una multitud de efectos excelentes para la salud. Consumido regularmente, el suero de leche ejerce una influencia muy positiva en el sistema digestivo y, al mismo tiempo, sobre el sistema inmunitario. Una flora intestinal intacta no es sólo una condición necesaria para la funcionalidad de las defensas endógenas, sino también una exigencia fundamental para nuestra salud y bienestar.

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