El
organismo no se alimenta de lo que come sino de lo que logra digerir y
asimilar. Enfermedades consideradas incurables son el resultado directo de una
alimentación incoherente, porque la carencia de enzimas, vitaminas y minerales
crea la imposibilidad del organismo para producir anticuerpos.
Algunos
de los ejemplos mas comunes: leche + azúcar refinada = veneno. Jugo de naranja
con el desayuno = toxinas. Frutas con las comidas = daños al organismo. Frutas
dulces con ácidas = destrucción de alimentos. Carne con cualquier otro alimento
= putrefacción, cadáveres en el estomago e intestino, cadaverina… (Las
enfermedades más graves provienen de la putrefacción en el intestino cuando,
debido a las comidas cadavéricas, el intestino se convierte en un anfiteatro de
cadáveres en descomposición.) Alimentos enlatados, comida chatarra = toxinas =
cáncer. Jugos enlatados o encartonados = pérdida de sus cualidades, engaño.
Bebidas gaseosas = agua tristemente contaminada. Licores, vinos, cervezas =
vicios mortales. Vegetales + frutas = mala digestión y destrucción de esos
alimentos. Salchichas, chorizos, embutidos = enfermedades incurables, cáncer,
artritis, gota... Carne asada = cáncer sin falta. Productos lácteos = cáncer de
próstata, de mama y osteoporosis. Además:
Nadie
duda de que los alimentos industrializados que venden en supermercados
contienen decenas de conservantes tóxicos; hablemos de uno solo de ellos: El
glutamato monosódico es una neurotoxina, un veneno lento, seguro e implacable:
en 20 o 30 años la persona comienza a morir de un sinnúmero de enfermedades que
los médicos no saben de donde vinieron ni saben cómo curar. El envenenamiento
lento del GMS se oculta detrás de 25 nombres sugestivos tales como “saborizante
natural, ablandador natural de carnes, etc”, mejor dicho: desconfíe en todo lo
que dice Natural en las etiquetas porque con seguridad están escondiendo un
veneno. Lo llevan todos los productos “alimentos industrializados” que venden
los supermercados cuya fecha de vencimiento dura más de un día.
El
glutamáto produce sin falta asma, obesidad, diabetes y cáncer. Lo llevan
también todas las charcuterías que se les dan a los inocentes niños. Y no
hablemos del aspartamo para reemplazar el azúcar, que ha dejado gente en una
silla de ruedas, ambos son dulces venenos. Lo más malo de todo es que el cuerpo
no sabe que la persona que incurre en estas faltas es médico ilustre,
presidente o potentado… la Naturaleza también les pasa la factura como a
simples pastores de ganado. Porque, como adelanto, la medicina Fractárica
demuestra que no existen enfermedades de la vejez, sino enfermedades causadas
por mucho tiempo de haber abusado del organismo. De tal forma que, no habiendo
cometido los pecadillos citados por muchos años, no habría que soportar ninguna
enfermedad en la vejez.