Hoy en día los médicos cuentan con la
posibilidad de realizar trasplantes de microbiota. En realidad, se trata de
extraer las heces del colon de una persona (sana) con el fin de introducirlas
en el colon de una persona enferma. Se ha comprobado la eficacia de esta
práctica en el tratamiento de personas infectadas por una bacteria patógena que
se ha hecho resistente a los antibióticos, la Clostidrium difficile,
causante de una enfermedad infecciosa que se ha triplicado en diez años en
Estados Unidos y que se asocia a 14.000 muertes al año. En Canadá se ha
cuadruplicado desde 2003.
Pero, antes de recurrir a medidas extremas, podemos seguir también una serie de hábitos respecto a nuestro modo de vida para recuperar una microbiota de calidad que nos proteja eficazmente de los ataques bacterianos, cuide nuestra inmunidad intestinal y disminuya el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes de tipo 2 y cáncer:
Pero, antes de recurrir a medidas extremas, podemos seguir también una serie de hábitos respecto a nuestro modo de vida para recuperar una microbiota de calidad que nos proteja eficazmente de los ataques bacterianos, cuide nuestra inmunidad intestinal y disminuya el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes de tipo 2 y cáncer:
- Antes de tomar antibióticos,
hay que asegurarse con el médico o el terapeuta que es indispensable y que
no hay otra solución para tratar la enfermedad o el problema que
padezcamos. Indagar y buscar alternativas naturales.
- No abuse de los productos de
limpieza domésticos. Nuestro entorno debe estar limpio; pero hay que
evitar que esté demasiado esterilizado.
- Evite los limpiadores
antibacterias, sobre todo, las soluciones de limpieza para las manos que
se encuentran hoy en día por todas partes (a menos, claro está, que por su
profesión -dentista, cirujano, enfermero, etc.- se vea obligados a ello o
exista riesgo de epidemia).
- Deje que los niños jueguen al
aire libre y acaricien a los animales. Haga jardinería. Retome el contacto
físico con la naturaleza.
- Consuma alimentos prebióticos,
ricos en fibras, para nutrir la microbiota: leguminosas (alubias,
garbanzos, lentejas, etc.), cereales integrales (arroz, espelta, avena,
etc.), cebollas, puerros y otras hortalizas, aguacates, plátanos, peras y
otras frutas de temporada.
- Consuma alimentos que contengan
bacterias prebióticas: yogur, chucrut, pepinillos, aceitunas fermentadas…
- Disminuya el consumo de comida
rápida, ya que son alimentos que, además, se digieren mal. Muchos
alimentos modernos, ricos en grasas saturadas y almidón, apenas contienen
fibras y no ofrecen por tanto nada interesante para que fermente en el
intestino grueso, por lo que nuestras amigas las bacterias se debilitarán.
- No abuse de los medicamentos
antiinflamatorios no esteroideos (ibuprofeno, aspirina, etc.), ya que
aumentan la permeabilidad.
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