sábado, 7 de junio de 2014

♦♦ ¿Cuáles son las virtudes de las cerezas para la salud?


No sólo es una fruta deliciosa, sino que las cerezas poseen varias cualidades que debemos destacar: son poco calóricas (100 g de cerezas contienen 86 g de agua) y este alto contenido en agua las convierte en un alimento saciante. En términos científicos, tienen una densidad calórica de 0,5 sobre 9 y un índice de saciedad de 4,5 sobre 5. (2)

Se trata, pues, de una fruta cuyo consumo resulta excelente para no engordar y evitar la diabetes: la carga glucémica de una ración de cerezas (100g) es de sólo 7 sobre 100. Pero sepa que las cerezas más tardías tienen un contenido en azúcares más alto, por lo que deberán tenerlo especialmente en cuenta las personas con diabetes.

También son ricas en potasio, lo que limita la retención de líquidos y ayuda a tratar enfermedades autoinmunes neurodegenerativas y enfermedades de los tejidos conjuntivos. Este efecto diurético hace que resulten beneficiosas en caso de gota (hiperuricemia) y de cálculos renales (litiasis), pues facilitan la eliminación de ácido úrico y sus sales, y también en caso de hipertensión arterial u otras enfermedades asociadas a retención de líquidos. Pero precisamente por su alto contenido en potasio, si usted padece insuficiencia renal deberá consumirlas con moderación, pues en estos casos debe restringir el aporte de potasio.

También es alto su contenido en fibra, por lo que tienen propiedades laxantes.

Hay que destacar igualmente su alto contenido en antocianinas, unos pigmentos de la familia de los polifenoles que tienen una potente acción antioxidante. Las cerezas servirían entonces para prevenir enfermedades del corazón. Reducen el nivel de inflamación de las arterias.

Las cerzas ayudan a dormir

Existen cientos de variedades de cerezas, que genéricamente se pueden dividir en “dulces” y “agrias”, y también híbridos de las dos anteriores. Una variedad de cerezas, las guindas, que se suelen utilizar por su jugo (por ejemplo en las cervezas belgas a la cereza -kriek), contienen melatonina, la hormona del sueño. Contribuyen por lo tanto a proporcionar un sueño reparador.

Unos investigadores ingleses lo demostraron formalmente. Dividieron a adultos jóvenes sanos en dos grupos y les pidieron que todas las noches, durante 7 días consecutivos, se tomaran un brebaje. El de uno de los grupos se trataba de jugo de guindas y en el otro de un simple placebo. Resultado: el nivel de melatonina era más alto y la calidad del sueño mejor en el grupo que había tomado el zumo de cerezas (4).

Consejos para elegirlas y conservarlas

Lo mejor es tomarlas cuanto antes, pero si no va a consumirlas en el momento, debe guardarlas en la nevera sin haberlas lavado previamente y sin taparlas, permitiendo que “respiren”. Llegado el caso, incluso pueden congelarse (las que mejor admiten la congelación son las de color más oscuro).

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