No
sólo es una fruta deliciosa, sino que las cerezas poseen varias cualidades que
debemos destacar: son poco calóricas (100 g de cerezas contienen 86 g de agua) y este alto
contenido en agua las convierte en un alimento saciante. En términos
científicos, tienen una densidad calórica de 0,5 sobre 9 y un índice de
saciedad de 4,5 sobre 5. (2)
Se
trata, pues, de una fruta cuyo consumo resulta excelente para no engordar y
evitar la diabetes: la carga glucémica de una ración de cerezas (100g) es de
sólo 7 sobre 100. Pero sepa que las cerezas más tardías tienen un contenido en
azúcares más alto, por lo que deberán tenerlo especialmente en cuenta las
personas con diabetes.
También
son ricas en potasio, lo que limita la retención de líquidos y ayuda a tratar
enfermedades autoinmunes neurodegenerativas y enfermedades de los tejidos
conjuntivos. Este efecto diurético hace que resulten beneficiosas en caso de
gota (hiperuricemia) y de cálculos renales (litiasis), pues facilitan la
eliminación de ácido úrico y sus sales, y también en caso de hipertensión
arterial u otras enfermedades asociadas a retención de líquidos. Pero
precisamente por su alto contenido en potasio, si usted padece insuficiencia
renal deberá consumirlas con moderación, pues en estos casos debe restringir el
aporte de potasio.
También
es alto su contenido en fibra, por lo que tienen propiedades laxantes.
Hay
que destacar igualmente su alto contenido en antocianinas, unos pigmentos de la
familia de los polifenoles que tienen una potente acción antioxidante. Las
cerezas servirían entonces para prevenir enfermedades del corazón. Reducen el
nivel de inflamación de las arterias.
Las
cerzas ayudan a dormir
Existen
cientos de variedades de cerezas, que genéricamente se pueden dividir en
“dulces” y “agrias”, y también híbridos de las dos anteriores. Una variedad de
cerezas, las guindas, que se suelen utilizar por su jugo (por ejemplo en las
cervezas belgas a la cereza -kriek), contienen melatonina, la hormona del
sueño. Contribuyen por lo tanto a proporcionar un sueño reparador.
Unos
investigadores ingleses lo demostraron formalmente. Dividieron a adultos
jóvenes sanos en dos grupos y les pidieron que todas las noches, durante 7 días
consecutivos, se tomaran un brebaje. El de uno de los grupos se trataba de jugo
de guindas y en el otro de un simple placebo. Resultado: el nivel de melatonina
era más alto y la calidad del sueño mejor en el grupo que había tomado el zumo
de cerezas (4).
Consejos
para elegirlas y conservarlas
Lo
mejor es tomarlas cuanto antes, pero si no va a consumirlas en el momento, debe
guardarlas en la nevera sin haberlas lavado previamente y sin taparlas,
permitiendo que “respiren”. Llegado el caso, incluso pueden congelarse (las que
mejor admiten la congelación son las de color más oscuro).
No hay comentarios:
Publicar un comentario