La
importancia del desayuno. La importancia del desayuno, primera comida de la
mañana que debe hacerse dentro de la hora en que uno se levanta, es fundamental
para afrontar el día con energía y con mejor distribución calórica, ya que en
el desayuno deberá aportarse la cuarta parte de las calorías totales diarias
necesarias. A pesar de ello en muchos países de América Latina y en Europa
(salvo Gran Bretaña, Alemania y Austria, entre otros) muchos niños, jóvenes y
adultos omiten esta primera ingesta o la realizan muy frugalmente.
La
Universidad sueca de Umea realizó un estudio que comprobó que no desayunar a
edades tempranas y en la juventud convierte a esas personas, en adultos con más
probabilidades de ser obesos y padecer diabetes tipo II.
Si
no se desayuna la concentración falla, se siente desgano e irritabilidad, pues
el organismo registra la falta de glucosa, por lo cual carece de energía, y
ante la necesidad de ella, se queman reservas y se producen alteraciones
hormonales. Esto condiciona el rendimiento escolar y laboral.
Además
de remarcar la necesidad de desayunar, importa también su calidad. Tortas,
pasteles, facturas, aportan demasiadas grasas, siendo mucho mejor realizar una
ingesta de hidratos de carbono con pan integral, cereales, tostadas integrales
que además proveerán fibra. Las frutas son excelentes para incorporar
vitaminas, ya sea que se las consuma enteras o en jugo. Quienes comen lácteos
pueden beber leche o tomar un yogurt o queso para recibir dosis de calcio, los
veganos pueden consumir por ejemplo, leche de arroz, almendra o tofu en
trocitos. Ojo, tampoco es cuestión de comer tanto que nos sintamos pesados para
comenzar el día, o ingerir más calorías de las necesarias. El resto de las
comidas, que deben dividirse en cinco ingestas más (media mañana, medio día,
media tarde y noche) deben ir decreciendo en cantidad, ya que a la noche, el
cuerpo estará en reposo.
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